diario visual

Haciendo repaso de proyectos y de temas he recuperado un gráfico del festival de carteles y diseño gráfico del 2013 en Chaumont (Francia) este gráfico lo hice el año pasado para organizar la información de todo lo que vimos allí, para mí es un ejemplo de que no entiendo las cosas hasta que las dibujo:

Nos gustaron varias exposiciones: a) la exposición de los Silos, titulada “Un imprimeur, Lézard Graphique” (dedicada a una imprenta que trabaja con los mejores carteristas europeos, y que hace carteles con una calidad excepcional. Por mencionar algunos de autores de los trabajos teníamos a Helmo, Thomas Huot-Marchand, Karel Martens, Anette Lenz & Vincent Perrottet, Frédéric Teschner y Fanette Mellier ) b) El proyecto de “iron cubes”: 8 contenedores dispuestos en varios sitios de la ciudad. El interior de cada uno contenía el proyecto de recién graduado de alumnos seleccionados de varias escuelas, los que más me gustaron fueron los de Edith Carron y Leo Fevier, Agathe Demay y Sophie Cure. c) El concurso internacional y la expo de tipografía y d) los proyectos de la fábrica textil.

¿Para que hago esto? es decir ¿para que sirve un cuaderno de viaje? ….  tendría que reformular la pregunta: ¿Para qué me sirve el cuaderno de viaje? Para mí, el cuaderno de viaje es algo personal que puede ser enseñado o no, y a quien tiene que servir es al dibujante. Esto me gusta, es un lugar que puede funcionar según mis propias reglas y así puedo crear un entorno relajado para trabajar, este me sirve de varias maneras: ¿recordar el lugar donde estuve? no, mas bién recordar el momento, aunque puede no ser la primera necesidad, también me sirve para conocer la realidad y conocer lo que estoy mirando, “no entiendo las cosas hasta que las dibujo”, (visual thinking),  comprendo mejor las cosas que tengo delante cuando las dibujo, es decir, el cuaderno de viaje se convierte para mi en una herramienta de conocimiento.  Es una manera de aprehender la realidad y de profundizar en ella. Cuando voy de viaje me asusta verme convertido en un turista que consume turismo, (que llega, registra con su cámara fotográfica lo que ve, y se va). Este tipo de turista disfruta lo que ve, le parece bonito, pero no llega a “entrar”, a conocer realmente lo que tiene delante, y esto me parece estresante y vacío como actividad, la única utilidad que tiene es poder demostrar que has estado en un sitio determinado… Cuando vas con tu cuaderno de viaje y te pones a dibujar el tiempo se transforma: necesitas más tiempo, quizás ves menos cosas pero las ves con mas… ¿calidad?. Esta experiencia no es solo aplicable al viaje de vacaciones, al ocio y cuando vas fuera de tu ciudad sino en mi vida diaria en multitud de situaciones, en los entornos que me rodean.

Y este conocimiento no es sólo conocimiento del momento, objeto o realidad que tengo delante sino también el conocimiento de mí mismo, al convertirse en una especie de diario, el cuaderno de viaje retrata muy bien la mirada, los intereses, los valores, el carácter y muchas más cosas, y entonces cuando miro retrospectivamente mis cuadernos descubro cosas sobre mí mismo. (esto lo comentó muy bien Antonia Santolaya en “Dibujamadrid” cuando mostró su cuaderno de viaje a Argelia. (conferencia del verano 2011 que dió en el museo ABC).

El primer viaje del verano fué a Carnota, en Galicia. Hasta allí me fuí tirando del “ladrillo”. El primer día que dibujé estabamos en la playa, (allí estar en la playa es otra cosa, es como ir de paseo al parque). Había un paisaje muy bonito con todas las montañas verdes, la arena completamente blanca y la marisma de Carnota entre medias, el mar con un maravilloso color azul. Y me puse a dibujar, quería probar el cuaderno, los rotuladores y lápices que ya había utilizado en dibujamadrid y con los que me había quedado tan contento. El resultado fue un rollo, un paisaje de línea, con lápices de colores y rotulador, aparte de que la el rotulador no funciona con ese papel, la línea compite con la retícula de las páginas preparada para recibir apuntes contables. Una decepción, y entonces surge una pregunta: .- yo, ¿para qué hago esto?… mi objetivo es… ¿hacer postales?…  ¡menudo rollo!. (continuará)

Este verano he recuperado un diario antiguo de contabilidad que compré en el rastro hace 10 años y en el que ya había empezado a dibujar. Aunque es bastante pesado, (un kilo y algo, con unas dimensiones de 33 x 21 cms y 400 páginas) he ido tirando de él muchos días del verano, a Galicia, a Almería, a Granada, por todo el Cabo de Gata…. si, ya sé, es una locura y es poco práctico, pero cuando se abre tienes 66 x 21 cms para dibujar y es genial: Apenas te tienes que preocupar de encajar, todo fluye, empiezas a dibujar y todo te cabe, lo hagas bien o mal. Bueno, pues llevo ya 115 páginas utilizadas (un cuarto del ladrillo!!!) He decidido hacer una pequeña selección de dibujos y publicar aquí algunos, junto con lo mas importante: mis hallazgos sobre “el cuaderno de viaje”, un tema con el que Javi y yo llevamos hablando todo el verano, y sobre el que he hecho algunos descubrimientos que me hacen feliz.

De momento me estreno con un par de dibujos que hice en 2004, con los que recuerdo que disfruté muchísimo, perdido entre tanta rama.

Hoy hemos estado dibujando en la Gran Vía, acompañando al grupo de “DibujaMadrid” unos talleres que organiza el museo abc con varios ilustradores. Aquí están algunos de mis dibujillos.

En pocos dí as estará lista la web de altura x. Voy a hacer un avance de las imágenes que aparecerán en la home de forma aleatoria cuando esté lista. Llevamos mucho tiempo trabajando en esta web y estamos bastante satisfechos con el resultado.